Concéntrate en las notas. No dejaba de pensar en ella. Esos
labios. Sus ojos. Su mirada cuando decía algo gracioso. LAS PUTAS NOTAS, JODER.
CÉNTRATE. Un dedo luego otro. Pero sus ojos. Cállate. Deja de pensar en ella.
Notas, notas, NOTAS. Su pelo cae como una cascada por su espalda. Cierra los
ojos. Notas. El fantasma se alza. Regocijo. Notas. Ojos. Sus ojos. Te miran. Me
miran. Le miran. Nos miran. Los ojos. A todos. Ojos. Sus ojos. Lloran. No. No
lo hacen. O sí. Notas. LAS PUTAS NOTAS. Los labios al separarse para formar una
sonrisa. Pero tenía que parar. Centrarse en las notas. En la tocata. En Bach.
En el tinoni. Pero sus dientes sonríen. No. Solo se abren. La mandíbula se
desencaja. NOTAS. Una subida. Pero la mandíbula se abre cada vez más. Se da la
vuelta. Pero por dentro no hay nada. Y como si de un calcetín se tratase el
exterior pasa a ser el interior. Pero en el interior no hay nada. Y poco a poco
desaparece. Y ya no hay nada. Pero la tiene delante. Y el suelo se abre y él
entra y cae y nunca acaba. Y NOTAS. Las notas suenan en la oscuridad TANANÁN. Cae,
cae. Pero sigue frente a ella. Le mira, le pregunta. Pero no puede responder.
Está bloqueado. Porque la otra le mira de reojo. Y la otra es ella. Y ella no
es la otra. Y él está sentado. Solo. Y las dos, que no son ninguna, hablan
entre ellas. Y él piensa en las notas. Porque ¿qué le quedaría si no fuese por
las notas? Y ella se levanta y le habla. Él queda paralizado. Ella saluda. Y él
queda paralizado. Y ella se sienta a su lado. Y él queda paralizado. Y ella. Y
él. Y. Y. Y. Y. NOTAS. NOTAS Y MÁS NOTAS. CHÁNCHÁNCHÁN.NOTAS NOTAS NOTAS
NOTASNOTASNOTASNOTAS. CHANCHANCHANCHANCHANCHANCHANCHANOTAS NOTASCHAN. ÉL. ELLA.
OJOS. BOCA. LABIOS. PELO. CUELLO. SONRISA. OJOS. ELLA ELLA ELLA.
ELLAELLAELLAELLA. ÉLÉLÉL. Pero él no es él y ella no es ella. Él es ella y ella
es él. Pero no son ninguno. Porque no son nadie.
Pero la mira.
Ella habla con una amiga.
Él, en la misma mesa la mira.
Ella habla. No con él. Pero no le importa porque escucha su
voz.
Ahora ella calla. Pregunta. Él responde.
Vuelve a preguntar, esta vez otra cosa.
Él responde que, no todo está bien.
Que él no está bien.
Que la necesita.
Pero no es verdad.
Te necesito porque no tengo a nadie
Pero tendrás a alguien.
Pero ahora quiero tenerte solo a ti.
Eso es egoísta.
Soy egoísta.
No te entiendo.
Yo a mí tampoco.
Lo siento.
Yo también. Pero tus ojos.
Y mí pelo.
Y tus labios.
Estos labios.
Esos labios.
¿No esos?
Esos son los míos.
¿O son míos?
Son tuyos si los quieres
Los quiero
Y yo los tuyos
Podemos darnos lo que queremos
Pero las notas…
Olvida las notas
Quiero tus labios.
Y yo los tuyos.
¿Los quieres?
Los quiero
Aquí los tienes
Tú también
Ambos labios. Sus labios. Porque ahora son suyos. Unos del
uno y los otros del otro. Pero no son más que labios para nosotros. Para ellos
son notas musicales. Son el mundo por descubrir. Y ahora el mundo es suyo pero
no está todo hallado. Aún quedan más cosas. Pero primero…
Los labios.