miércoles, 30 de octubre de 2013

Untitled

Escuchas un leve susurro que no entiendes pero el sonido te parece suave como un arrullo. Tus ojos siguen cerrados y en la oscuridad de tus párpados te imaginas siluetas danzando. El susurro ha subido el tono y crees entender una palabra. La palabra se repite, no solo en tu cabeza si no en el aire y baila con las sombras que se ocultan en la oscuridad. La voz se vuelve grave y escuchas la palabra claramente. Mueves los ojos con gran velocidad, pero tus párpados no responden y permanecen cerrados.
– ¡Despierta!- oyes gritar a la voz y abres los ojos con el corazón acelerado. Miras a todos lados en busca de la fuente sin encontrarla. -No ha podido ser un sueño-, piensas mientras tus ojos recorren el cuarto pues la voz era demasiado real y cercana. Y decides calmarte a pesar de la dificultad. Tu corazón comienza a pausarse poco a poco. En tu cabeza, ya no resuena aquel eco. Y el ambiente se calma. Recalcando el silencio. De la noche. Cierras los ojos, e intentas dormir. Todo se vuelve negro de nuevo. La tranquilidad es completa. Duermes.
Abres los ojos al notar el frío y las ves flotando. Una mujer de aspecto esquelético y espeluznante, vestida de blanco, que refulge en un tono azulado, te toca y se te eriza el vello. Su boca se acerca a la tuya, y empieza a respirar, el aire que exhalas, y quitarte, el que en vano intentas respirar. El cuerpo, comienza a enfriarse, y notas como la vida, sale de tu cuerpo, en forma de calor. Mientras tanto, ella sonríe.

David P.J. Martín

2 comentarios:

  1. Un relato que va que ni pintado con esta noche. Muchas gracias, David..

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