Amé el
día en el que te conocí. Amé tu mirada sosteniendo la mía. Amé tus manos que
temblaban cuando te besaba, y las lágrimas que en ocasiones caían por tu
rostro. Sigo amándote, de verdad lo hago. Amo tu forma de sonreír, y la
perfección de tu dentadura. Amo la forma en la que permaneces tumbada cuando
hacemos el amor. Amo la forma de tus piernas, así como la de tus brazos y todo
tu cuerpo. Amo el día que sangraste para mí por primera vez, y la felicidad que
nos produjo. Amé la forma en la que chillabas cuando te apuñalaba, pero ya no
chillas, y tu amor ya no me sirve. Se me han acabado los motivos por los que te
amo, así que, ahora que no estás, buscaré a otra a la que amar.
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